DESPENSAS 40
Después de las vacaciones de Navidad, ayer retomamos la entrega de despensas.
Llevamos también unas pelotas que nos donaron para los niños.
Me acompañaron a Chablekal, Maru, mi hermana, y Orlando, mi cuñado, que, desde hace tiempo, querían vivir la experiencia.
Llevamos despensa a una mujer a la que abandonó su esposo con 5 hijos; está recién operada de apendicitis, no tiene seguro y por ahora no puede trabajar.
Eusebio y Olga, como siempre, nos guiaron con quienes consideran que necesitan más la ayuda.
Ayer hacia un frío poco común aquí, así que varias personas salieron con suéter o chal, o ya estaban acostadas a pesar de ser temprano.
Cómo dijo Orlando, que ha pasado muchas veces por Chablekal en bicicleta sin ser consciente plenamente de la realidad: "¡Cuántas historias no contadas existen atrás de cada persona que visitamos; unos viven la soledad, otros la enfermedad, otros la vejez o el abandono, problemas de convivencia...
Y a pesar de ello, la mayoría te recibe con una sonrisa, un buenas tardes y te dan bendiciones...
Y los niños te reciben con alegría, como si fuera una fiesta pues van a comer algo que no comen todos los días".
Un señor nos contó que antes vendía tortas a 6 pesos y algunos le insistían que era barato que por qué no las subía a 10; "pero yo no quería porque, la mayoría de los que me compraban, eran tan pobres como yo".
Compramos unos panuchos, y también, un poco de lechuga a un señor que la siembra en su traspatio para sacar unos pesitos y una señora, agradecida por la despensa, nos regaló unas jícamas, también de su traspatio.
Gracias a todos por sus donativos y apoyo 🙂💌
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