sábado, 3 de octubre de 2009

Domingo 27° Ordinario - B


Padre Alejandro Illescas Molina.

  • Hoy perdonen que me voy a alargar un poco más en el sermón, pero las lecturas tratan de mi tema favorito: la familia.
  • Adán al conocer a Eva dijo: ¡Guau! Esta no es como los animales, mis mascotas, con esta sí que puedo ser feliz y ya no sentirme solo.

  • Lo mismo dice cada hombre a lo largo de la historia cuando se enamora de una mujer: ¡Guau! Esta chica sí que me completa, ella saca lo mejor que hay en mí

  • Luego, pasa el tiempo y el hombre empieza a culpar a la mujer de todas sus desgracias, por ella perdí el paraíso… Y desde la inmadurez o dureza de corazón pregunta: oigan ¿no me puedo divorciar? ...

  • Chiste: el hombre quiere a todas las mujeres, luego a una y luego a todas menos una.

  • En la época de Jesús, entre los judíos, estaba permitido el divorcio. Y había diferentes opiniones sobre cuáles eran las razones necesarias para divorciarse. Los rabinos más exigentes decían que sólo en el caso de infidelidad o algo grave. Los rabinos más tolerantes (entre comillas) decían que cualquier razón que llevara a un hombre a ya no querer vivir con su mujer era suficiente (que no me gustara cómo cocina, etc.). Se acercan a Jesús para ponerlo a prueba, para ver de que opinión es, dando por hecho que era de lógica que aceptara el divorcio y le preguntan “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?”
  • Jesús sorprende no sólo a los rabinos, sino a todos los judíos incluidos sus discípulos, cuando dice que el divorcio no está en los planes de Dios. Desacreditaba un permiso dado por Moisés y fundamenta, desde el amor, la fidelidad para toda la vida.

  • Igual que en la época de Jesús, en nuestra época muchos se preguntan si no debe estar permitido el divorcio.

  • El argumento de Jesús es que no es la ley la que debe dictar lo que es el matrimonio y cuánto debe durar. Es el amor maduro.

  • La familia como célula fundamental de la sociedad, es el lugar ideal, pensado por Dios, donde el hombre se desarrolla y aprende a amar, a educar y a perdonar.

  • Pero un matrimonio maduro no se consigue con sólo casarse por la Iglesia. Hay que luchar cada día para que el egoísmo no imponga sus reglas.

  • Las lecturas nos dan algunas ideas:

  • Saber que somos iguales y que nos necesitamos proteger uno al otro: Eva no sale de la cabeza o de los pies, sino de la costilla (el hueso que protege el corazón)
  • Saber dejar a las familias de origen. Aunque vivamos con nuestros papás, ellos tienen que ser menos importante para nosotros que nuestra pareja.
  • No encerrarse en la soledad, en mi opinión, en mi juicio, sino comunicarnos. Luchar por vernos como nos veíamos al principio (si preguntas a los novios dime una cualidad que admiras de tu pareja, contestan “Uff, tiene tantas”. Si preguntas lo mismo a los casados contestan “Uff… y no puede ser mejor un defecto, tiene tantos”)
  • Chiste: “como amaneciste vieja”
  • Vale la pena esforzarse por conquistarse cada día. Termino con un cuento sobre ello.


MI MAMA NO TIENE NOVIO

De visita en casa de mis abuelos, me divierte ver a mi tía la menor, prepararse cuando espera a su novio: toda contenta se peina, perfuma y pinta los labios, se viste muy guapa y corre de un lado a otro de la casa, arreglando todo con detalle para que su "mi amor" no encuentre defecto alguno en el entorno.

Entonces llega el novio oliendo a mucha loción y cuando se miran... ¡uff!, parece que flotan en el aire. Se abrazan con ternura y ella le ofrece algo de tomar junto con las galletas que le preparó durante la tarde.

Además, el celebra todo lo que ella le prepara para cenar con esmero. Luego se sientan a platicar tontería y media por horas después de lograr que los niños los dejemos tranquilos; se escuchan el uno al otro sin perder detalle ni soltarse sus manos, hasta que al susodicho no le queda mas remedio que despedirse cuando mi Abuelo empieza a rondar con la almohada bajo el brazo.

Al día siguiente le pregunto a mi mamá: “mami, ¿quién es tu novio?”, y me dice muy sonriente que su novio es mi papá... (?!)... "No mami en serio..." pero ella insiste y yo no lo creo... ¿Cómo va a ser mi papá su novio?.

¡En primera, él nunca llega con un ramo de flores, ni chocolates. Sí, le da un regalo a mamá en su cumpleaños y Navidad, pero nunca he visto que el novio de mi tía se presente con una licuadora o dinero para que se compre algo.

Además mamá no pone cara de Blanca Nieves cuando papá llega del trabajo, ni él sonríe como príncipe azul cuando la mira.

Mamá no corre a arreglarse el peinado, ni a pintarse los labios cuando oye que llega mi papá y apenas voltea a verlo para decir "hola", porque está revisando las tareas de nosotros. El saludo de mi papá, en vez de "hola mi vida" es "Hola... ¡que día!" y de inmediato se pone en la peores fachas para estar cómodo.

En lugar de "¿qué se te antoja de cenar?", mi mamá le pregunta temerosa "Qué... ¿quieres cenar?" Y cuando creo que papá le va a decir "Que bonita te ves hoy", le pregunta "¿no viste donde quedó el control de la televisión?".

Los novios se dicen cosas románticas como "¡cuánto te amo!", en vez de " ¿fuiste al banco?".

Mi tía y su novio no pueden dejar de mirarse. Cuando mamá pasa delante de papá, el mueve la cabeza hacia los lados para no perder detalle de lo que esta viendo en la tele.

A veces, papá le da un abrazo sorpresa a mamá, pero ella tiene que zafarse por que siempre está a las carreras y a veces le oigo susurrar "no!, que ahí están los niños!"... Debe ser malo abrazarse después de casados. Además, mis papás solo se dan la mano cuando en Misa el padre dice "dense fraternalmente la paz".

Yo creo que ella me dice que son novios para que no me entere de que "cortaron" cuando se casaron. La verdad, yo veo que mi mamá no tiene novio y mi papá no tiene novia. Qué aburrido casarse... ¡SOLO SON ESPOSOS!