jueves, 28 de enero de 2021

 DESPENSAS 41 


Ayer fuimos a Chicxulub Puerto, guiados por Nani.
De los muchos pueblos que hemos visitado, llevando Despensas, Chicxulub nos ha parecido siempre uno de los más pobres. ¡Cuántas familias viven al lado de la ciénega, haciendo sus pequeñas casas de láminas, cartón o madera dentro del agua, sobre islotes hechos de restos de materiales de obra y basura, o en calles de lodo que se inundan con cualquier lluvia!


 

En estos días fríos y de mucha humedad, varias personas nos comentaron que tenían dolor en sus rodillas o en sus piernas y que les costaba caminar; y la mayoría de los que visitamos hoy, estaban encerrados en sus casitas, acostados en su cama o hamaca, y su único entretenimiento es ver la  televisión, donde desahogan los dramas de su vida en los dramas de las telenovelas.

Pudimos disfrutar de las conversaciones con algunas señoras mayores que, por su soledad y encierro, tenían ganas de platicar y no nos dejaban ir.



 

 

 

Una señora de 91 años nos contó, desde su silla de ruedas, que su única compañía era su periquito al que llama 'el Verdín', con el platica y 'parlotea' todo el tiempo. "Un día el Verdín no tenía alpiste y  pensé que se me iba a morir, así que pedí a Dios que me dejara caminar un poco y pude ir por su comida a la tienda de aquí cerquita". 


Otra nos dijo con tristeza que, hace poco, se encontró por casualidad un espejito en su casa y al verse lloró pues ya tiene todo el pelo Blanco y su cara arrugada y maltratada.
Otra nos contó, de nuevo, que ya murieron tres de sus 10 hijos por el problema del alcohol



 

 

Pero seguimos sorprendidos de tantas personas optimistas, alegres, y agradecidas, que a pesar del encierro de la pandemia y de sus muchos problemas, deciden cada día levantarse y seguir adelante.
Como doña Chabelita que, envuelta en su chal amarillo y con una sonrisa de luz en su cara flaca y enferma, nos dijo: "La vida es terrible, pero no por eso hay que abandonar la lucha, sino echarle ganas". 


O los hermanitos a quien un vecino les dio 2 perritos para que los tiraran a la basura, y ellos decidieron quedárselos, a pesar de la preocupación de la mamá que ya tiene bastante con darle de comer a sus 4 hijos.


 

 

 

O la señora que no se puede levantar de su hamaca por el sobre peso y sigue tejiendo chambritas para sus nietos.



 

 

 

 

O la niña de 6 años que recibió la despensa pues estaba solita en casa pues su mamá se fue a trabajar y "mi hermana también" 



O el señor con discapacidad a quien, después de varios meses de pedirlo, ¡por fin!, el gobierno le está construyendo un cuartito en su casa.
 

 

 

 

O la señora que vive sola y nos comentó que está feliz por los dos árboles que tiene frente a su casita, pues por ellos, en verano, disfruta mucho del fresco por la som
bra que le dan, así que "gracias a esos árboles yo vivo en el paraíso".



Gracias a todos por sus donativos y apoyo que hacen posible llevar comida y un ratito de empatía a tantas personas 🙂💌



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